Viena, Austria, 19 de marzo de 2025.- Colombia marcó un hito en la 68ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND 68) al presentar un modelo innovador en la política de drogas, basado en la reducción de riesgos y daños (RRD), el desarrollo alternativo y el respeto por los derechos humanos. La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, enfatizó el compromiso del país con una estrategia que se aleja del prohibicionismo y prioriza la protección de la vida y la salud pública.
«La reducción de riesgos y daños significa salvar vidas y evitar que otros indicadores de salud pública se disparen«, sostuvo la ministra durante uno de los más de diez espacios de discusión en los que participó.
Un nuevo paradigma en la lucha contra el narcotráfico
En su intervención, Buitrago defendió la Política Nacional de Drogas 2023-2033 ‘Sembrando vida, desterramos el narcotráfico’, un modelo que busca una transformación estructural del enfoque tradicional de drogas. Este plan prioriza:
El combate al narcotráfico con estrategias de reducción, interdicción y sustitución de cultivos.
El desarrollo alternativo sostenible como herramienta clave para sustituir cultivos ilícitos.
La regulación diferenciada de la hoja de coca, permitiendo su uso en sectores como la alimentación y la medicina.
Además, la ministra resaltó el papel de la cooperación internacional en la lucha contra las drogas y la necesidad de revisar la eficacia del actual régimen global de fiscalización.
Colombia logra la aprobación de un panel de expertos internacionales
Uno de los logros más importantes de la delegación colombiana fue la aprobación de una resolución propuesta por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y la Embajada en Viena, que permitirá la creación de un panel de alto nivel de expertos independientes. Este grupo tendrá la tarea de realizar un análisis crítico del régimen global de drogas y formular recomendaciones para mejorar su implementación.
Esta iniciativa responde a la necesidad de evaluar con evidencia científica los impactos del actual enfoque prohibicionista y explorar nuevas estrategias que sean más efectivas y humanas.
Zonas de Paz y Esperanza: una estrategia para transformar territorios vulnerables
Durante la sesión, Colombia también presentó la iniciativa Zonas de Paz y Esperanza (ZPE), un modelo de intervención en territorios urbanos afectados por economías ilícitas y violencia. Esta estrategia, implementada en ciudades como Tumaco, Buenaventura y Quibdó, se basa en:
- Inversión social y económica para generar alternativas de vida sostenibles.
- Inclusión comunitaria y participación ciudadana en la construcción de entornos seguros.
- Fortalecimiento institucional y gobernanza local para garantizar la estabilidad de los proyectos.
La propuesta fue bien recibida por varios países y organismos multilaterales, que ven en este modelo una alternativa efectiva para reducir la influencia del narcotráfico en comunidades vulnerables.
Diálogo y cooperación internacional para un enfoque más humano

La delegación colombiana sostuvo encuentros clave con representantes de diferentes naciones y organismos internacionales. Entre los más destacados:
Brasil y el PNUD: se abordó la importancia del desarrollo alternativo en la lucha contra los cultivos ilícitos.
Pakistán: se exploraron mecanismos de cooperación en reducción de daños y mejoras en la atención al consumo en prisiones.
Países Bajos: se discutieron estrategias de prevención y tratamiento del consumo, destacando experiencias exitosas como las salas de consumo supervisado.
Colombia también lideró la presentación del Grupo de Expertos en Desarrollo Alternativo Integral y Sostenible (GEDAIS), proponiendo iniciativas para fortalecer esta estrategia en América Latina.
Revisión de la fiscalización de la hoja de coca
Uno de los temas más relevantes abordados por la ministra Buitrago fue la necesidad de revisar la clasificación de la hoja de coca en la Convención Única de Estupefacientes de 1961. La propuesta busca diferenciar la hoja de coca de la cocaína y permitir su uso legal en industria, alimentación y medicina tradicional.
«Existen suficientes estudios científicos que demuestran que la hoja de coca tiene un valor más allá del narcotráfico. Es momento de que la comunidad internacional lo reconozca«, afirmó la ministra.
Bolivia respaldó la propuesta colombiana y otros países mostraron interés en avanzar en esta discusión dentro del sistema de la ONU.
Compromiso ambiental y respeto por los derechos humanos
Colombia también advirtió sobre los graves impactos ambientales del narcotráfico, especialmente en términos de deforestación y contaminación de fuentes hídricas. La delegación insistió en la necesidad de adoptar un enfoque biocentrista en la política de drogas, considerando el impacto ecológico de las estrategias de erradicación forzada.
Asimismo, en encuentros bilaterales con Alemania y otros países, Colombia abogó por la incorporación de un enfoque de género e inclusión social en las políticas de drogas, garantizando la protección de comunidades vulnerables y respetando los conocimientos ancestrales.
Colombia, protagonista en la redefinición de la política de drogas
Con una postura firme y propositiva, Colombia consolidó su liderazgo en la agenda internacional de drogas durante la CND 68. La estrategia basada en reducción de daños, desarrollo alternativo y derechos humanos marca un punto de inflexión en el debate global sobre el futuro de la política de drogas.
El país ha demostrado que es posible alejarse del prohibicionismo y construir un modelo más efectivo, humano y basado en evidencia científica. La comunidad internacional ahora tiene la oportunidad de seguir este camino y transformar la lucha contra las drogas en una estrategia que realmente proteja la vida y la seguridad de las personas.