Fotografía: Acción Técnica Social
Bogotá D.C., 28 de abril de 2025.- La capital colombiana será el epicentro del debate global sobre política de drogas. Entre el 27 y el 30 de abril, más de mil personas de todo el mundo —incluyendo investigadores, funcionarios, activistas y profesionales de salud pública— participan en la edición número 28 de la Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños, HR25, organizada por Harm Reduction International, HRI, en alianza con la organización colombiana Acción Técnica Social, ATS.
Esta es la segunda vez en la historia que el evento se realiza en América Latina (la primera fue en São Paulo en 1998) y marca un momento clave para la región. En un contexto de crisis sanitaria global que ha intensificado las muertes por sobredosis, el VIH y la hepatitis, HR25 propone una reflexión profunda sobre los fracasos de la guerra contra las drogas y las alternativas construidas desde la salud pública, la justicia social y el respeto por los derechos humanos.
“La guerra contra las drogas sigue siendo un instrumento de opresión, no solo una política: es una guerra contra las personas”, sentenció Shaun Shelly, director ejecutivo de HRI, durante la rueda de prensa de apertura.
“Ha enriquecido a intermediarios, ha criminalizado a las personas pobres y ha desestabilizado países enteros, especialmente en el sur global. La insistencia en políticas represivas refleja un desprecio continuo por la vida humana.”
Colombia: del epicentro del conflicto a la vanguardia de la reforma
Para Julián Quintero, director de ATS, ser coanfitriones de HR25 representa una oportunidad histórica para visibilizar el papel transformador de la sociedad civil colombiana:
“Este es un espacio para demostrar que la reforma de la política de drogas puede —y debe— construirse desde abajo, con la participación activa de las personas usuarias y de las comunidades afectadas.”
Desde la legalización del cultivo personal de hasta 20 plantas en 1986, hasta la despenalización del porte para uso personal en 2009, Colombia ha recorrido un camino progresivo en el plano normativo. Hoy, con el impulso del gobierno nacional y una creciente presión social, el país lidera un nuevo modelo centrado en la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la reparación de daños históricos.
Este liderazgo quedó en evidencia el mes pasado en Viena, durante la 68ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, donde Colombia logró aprobar una resolución que impulsa una revisión independiente del sistema internacional de fiscalización de drogas.
“Mi país ha sacrificado más vidas que cualquier otro en esta guerra impuesta… necesitamos un nuevo sistema global, más efectivo. Repetir lo mismo no nos llevará a ningún lugar útil”, declaró Laura Gil, embajadora en misión especial para la política de drogas, durante la conferencia inaugural de HR25.
Una región que propone, una política que se transforma
Con más de 14 países latinoamericanos que han despenalizado al menos un tipo de sustancia en las últimas tres décadas, América Latina está consolidando su papel como región propositiva en la transformación de los paradigmas globales sobre drogas. HR25 se convierte así en una plataforma estratégica para coordinar agendas, compartir evidencias y fortalecer redes.
Las sesiones de la conferencia abordan temas como el acceso a servicios de salud, el autocultivo, el papel de las mujeres en la política de drogas, la criminalización racializada, el derecho a la información, la reducción de daños en contextos rurales y urbanos, y las nuevas estrategias para enfrentar el consumo problemático.

Entre las voces presentes se encuentran referentes de larga trayectoria en salud pública, así como colectivos de usuarios que exigen una política coherente con la vida real, basada en la evidencia, el respeto y la dignidad.
Un llamado global desde el sur
Las sesiones de la conferencia abordan temas como el acceso a servicios de salud, el autocultivo, el papel de las mujeres en la política de drogas, la criminalización racializada, el derecho a la información, la reducción de daños en contextos rurales y urbanos, y las nuevas estrategias para enfrentar el consumo problemático.